Esta escultura de 2,30 metros es obra del artista Óscar Martín de Burgos. Instalada frente a la Catedral de Santa María en 2025, recrea el instante en el que, según el Cantar, el Cid se arrodilla ante la Catedral de Burgos para pedir fuerzas a Santa María:
Llegó a Santa María, entonces descabalga,
se puso de rodillas, de corazón le rezaba.
Acabada la oración, al punto cabalgaba,
salió por la puerta y el Arlanzón cruzaba.
En el cuerpo de la escultura, se abre un halo dorado en la espada que invita a los visitantes a posar su mano y pasearla por el corazón de la Tizona. Quien lo hace, recoge simbólicamente, a través de la espada, algunos de los valores del puño legendario que la guía -rectitud, firmeza, lealtad, compañerismo, esfuerzo, tenacidad- y que más allá del personaje histórico alientan al personaje literario descrito en el Cantar, verdadera guía del Camino del Cid. Así, Óscar Martín invita a todos los viajeros a pasar su mano por el hueco dorado de la espada, pues les dará fuerza y confianza para continuar su camino.
Foto: Merche Martínez