Pasar al contenido principal

Audio 65: Castillejo de Robledo

Image
Banner Balizas Sonoras Camino del Cid
Audio file

Este valle estrecho y cerrado que se abre a tus pies es el escenario de la historia más escabrosa del Cantar: la afrenta de Corpes.

Para entonces, el Cid ya ha conquistado Valencia, y por orden del rey Alfonso ha casado a sus hijas con los infantes de Carrión. Estos son cobardes y envidiosos del prestigio de su suegro, y deciden vengarse de él a través de sus hijas.

Canta el Cantar que una vez celebrado el matrimonio en Valencia, de camino a Castilla, pararon en este lugar y, alejados de la comitiva que les acompañaba, las desnudaron y azotaron.

 

Entonces les empiezan a dar   los infantes de Carrión,
con las cinchas corredizas   las golpean sin compasión,
con las espuelas puntiagudas,   que les causan gran dolor,
les rompían las camisas   y las carnes a ellas dos.
Clara salía la sangre   sobre los ciclatones,
ya lo sienten ellas   en sus corazones.

 

Después, las abandonaron. Afortunadamente, el primo de Elvira y Sol, Félez Muñoz, volvió sobre sus pasos y allí las encontró. Rápidamente las llevó a San Esteban de Gormaz, salvándolas de una muerte segura.

 

Se les llevaron los mantos   y las pieles de armiño,
se las dejan, desfallecidas   en túnicas y en camisas
a las rapaces del bosque   y a las fieras temidas.
Por muertas las dejaron,   sabed, que no por vivas.

 

Hoy sabemos que este pasaje es completamente ficticio. Nada de esto sucedió. Las hijas del Cid (cuyos nombres verdaderos son María y Cristina) se casaron respectivamente con el Conde de Barcelona y con Ramiro Sánchez: el hijo de este, nieto del Cid, García Ramírez, se convirtió en rey de Navarra.

Compartir