Montón (Zaragoza)

Qué ver y hacer en Montón

Los primeros testimonios de Montón se remontan a la época medieval cuando, en el año 1120, Alfonso I El Batallador conquista el valle del Jiloca tras la batalla de Cutanda. Desde entonces y hasta el siglo XIX formará parte de la Sexma del Jiloca de la Comunidad de Aldeas de Calatayud.

En época cristiana, en el contexto de las guerras con Castilla, la población se amuralló. Actualmente todavía se conservan restos del recinto que la rodeaba: paños de muralla, torreones y dos de los portales de entrada, de forma que podemos imaginarnos sobre el plano el aspecto del caserío fortificado. 

Situada en el centro del pueblo, la iglesia gótica de la Purísima Concepción es un bello edificio gótico de finales del siglo XV construido en ladrillo sobre un zócalo de sillar. En la fachada destaca su portada en arco de medio punto y la típica galería aragonesa de arcos ciegos. El interior está formado por una nave de grandes dimensiones con bóveda de crucería estrellada, presidida por un llamativo retablo barroco y a sus pies se conserva un órgano del siglo XVII junto al coro.   

Un viacrucis nos conduce hasta la sencilla ermita de Santa Eulalia, próxima al cementerio, que data del siglo XVI y que corona la población. Al lado de la carretera, junto a las piscinas municipales, encontramos la ermita de la Virgen del Pilar, un pequeño edificio de finales del siglo XVII que conserva un interesante retablo. 

Paseando por la calle de la Fuente, llegamos al arco de San Roque que cuenta con un sencillo oratorio barroco en su parte superior y da paso a la plaza Nueva, con interesantes ejemplos de casas blasonadas.

Las aguas canalizadas del río Jiloca impulsaron durante siglos los engranajes del molino harinero. Con la llegada del siglo XX este fue transformado en una pequeña central eléctrica (fábrica de luz) que abasteció de tensión a los montoneros.