Villaseca de Henares (Guadalajara)

Sabemos muy poco de la vida alto-medieval de Villaseca de Henares. La existencia de un núcleo de población campesina propició la edificación de su iglesia en los siglos XII y XIII en un pequeño alto sobre el cauce del río Dulce, frente a Castejón de Henares.

En este Castejón existía al parecer en el siglo XI una pequeña fortaleza árabe de vigilancia, y es aquí donde, según algunos autores, el poeta del Cantar ubicó la primera conquista del Cid en tierras de la taifa de Toledo.

Volviendo a la historia, es muy probable que estas tierras, tras la conquista de Toledo por Alfonso VI quedaran en una situación de ambigüedad, al igual que la propia Atienza, ya que en teoría pasaron a manos del rey castellano, pero éste carecía de medios para controlarla. Sería, pues, una zona habitada por campesinos, en la que la presencia de guerreros andalusíes de la frontera sería más común que la de leoneses y castellanos. Cuando el poder castellano se consolidó en Atienza, ya en el siglo XII, Villaseca quedó vinculada primero a esta fortaleza y pronto al Común de Jadraque. En el 1434, por donación del rey Juan II, pasó a ser propiedad de distintos señores.