Las excavaciones en el paraje de La Mora Encantada de Ateca arrojan nuevos resultados
23-08-2017Trabajos en el paraje de La Mora Encantada en Ateca, ZaragozaLa nueva campaña de excavación de la Diputación de Zaragoza que se está llevando a cabo en el paraje de La Mora Encantada de Ateca, lugar en el que según el Cantar tuvo lugar la famosa Batalla de Alcocer, ha arrojado interesantes resultados.
Los trabajos, realizados sobre una superficie de cien metros cuadrados, han permitido sacar a la luz parte de dos estancias vaciadas en la roca natural de composición arcillosa a modo de bodega. Una de ellas conserva muros de hasta un metro de altura y dos metros de potencia, que se encontraba rellena por voluminosos estratos de composición arcillosa, provenientes del derrumbe e incendio de las estructuras superiores. Unos muros que podrían corresponder a los de una atalaya o construcción de control o defensa.
Los hallazgos además parecen confirmar también una destrucción violenta del asentamiento y un abandono precipitado hacia finales del siglo XI, con la presencia de numerosos carbones, fragmentos calcinados de maderas, manchas de cenizas, piedras y fragmentos de argamasa de yeso y distintos materiales quemados, que muestran signos inequívocos de haberse producido un incendio.
En el suelo se ha encontrado también la boca de un silo para almacenar grano y gran cantidad de material cerámico datables en el siglo XI como ataifores, ollas, redomas, jarras, tinajas, cazuelas, candiles, tapaderas así como otros utensilios que indican las diversas actividades realizadas por sus habitantes como molinos manuales, pesas de telar y utensilios de hueso. Asimismo, y como novedad, en esta campaña han aparecido dos puntas de flecha de hierro.
A la luz de los resultados obtenidos en estas tres campañas de excavaciones, se puede aseverar la existencia de un asentamiento de época islámica que se sitúa al oeste del cerro y al resguardo del farallón rocoso de la mora encantada. Su ubicación, sobre un cerro dominando la vega del río Jalón, es la idónea para la existencia de un pequeño recinto fortificado fácilmente defendible por tres de sus vertientes debido a lo accidentado del terreno, mientras que una torre protegería el acceso desde el este.
También se sigue constatando que el asentamiento de la mora encantada, no fue nunca más ocupado de forma permanente tras su abandono, pues no se observan materiales ni niveles estratigráficos posteriores a época andalusí, hallándose sellados los niveles de ocupación y abandono del poblado por diversos niveles naturales arcillosos y limosos correspondientes a arrastres de ladera.
Esta última excavación, dirigida por los arqueólogos José Luis Cebolla y Francisco Javier Ruiz, ha tenido lugar durante las últimas semanas y ha sido financiada con 10.000 euros por la Diputación Provincial de Zaragoza dentro de las actividades del Consorcio Camino del Cid.
El enclave y las excavaciones
El paraje de La Mora Encantada se halla situado muy cerca de la antigua carretera Nacional II entre Ateca y Terrer, en la cima de un pequeño cerro que domina la vega del río Jalón, siendo fácilmente identificable por el prominente farallón arcilloso, que se eleva unos nueve metros sobre la superficie del cerro. A nivel científico, este paraje fue dado a conocer a finales de la década de los 80 del siglo pasado en sendos artículos de los historiadores Francisco J. Martínez García y José Luis Corral, donde ambos investigadores propusieron situar el Alcocer cidiano en base a distintas fuentes documentales y toponímicas. Pero hubo que esperar al año 2004 cuando en una primera campaña impulsada por el Ayuntamiento de Ateca se demostró la existencia de un asentamiento de época islámica; una hipótesis que se ha podido ratificar durante las campañas del año pasado y de esta.
La conquista de Alcocer se cuenta en el Cantar de mío Cid. Según narra el Poema, tras rebasar la población de Ateca, las huestes del Cid instalaron su campamento sobre un promontorio cercano al río Jalón desde el que se dispuso a conquistar Alcocer. Lo logró mediante una estratagema tras 15 semanas de cerco y aún tuvo que hacer frente y derrotó a un ejército de 3.000 hombres enviado por el rey musulmán de Valencia para recuperar la localidad.