Juan Manuel Monasterio (Molina de Aragón, Guadalajara): "En esta época de marcas contamos con una marca histórica común: el Camino del Cid"

04-03-2015
Patricia Ansótegui
¿Cómo percibían el Cid y sus hombre el paisaje? ¿De qué forma interactuaban con el entorno?. Estas son las principales premisas del proyecto "Cruzándonos en los Caminos de Rodrigo Díaz de Vivar" de la Asociación de Amigos de los Museos de Molina de Aragón (Guadalajara) que optan al Premio Álvar Fáñez del Camino del Cid. El presidente del colectivo, Juan Manuel Monasterio, nos habla de la iniciativa y nos da su visión sobre el Camino del Cid.

¿Qué motivos os llevan a poner en marcha este proyecto?
Molina de Aragón es uno de los sitios por los que el Cid pasó según refleja el Cantar de mío Cid. Hay que tener en cuenta que Molina de Aragón, en la Edad Media, era uno de los centros más importantes de tránsito entre el Levante y el centro peninsular es decir que por aquí pasó el Cid no por casualidad si no porque era la autopista de aquella época. Queremos poner de relieve esa faceta de tránsito, de gran carretera de comunicación que era Molina de Aragón y en torno a un proyecto común que es el Camino del Cid que une a varias provincias pertenecientes a cuatro comunidades autónomas.

El proyecto que habéis presentado al Premio Álvar Fáñez lo promovéis desde la Asociación de Amigos de los Museos de Molina de Aragón, un colectivo con el que ya habéis sacado adelante otras iniciativas de interés?
Sí, formar parte de la Asociación de Amigos de los Museos de Molina de Aragón nos permite tener una visión global. Además a través del propio Camino del Cid también se pone de manifiesto la importancia de la unión entre pueblos, entre comarcas, entre regiones.
A nivel personal ¿qué opinión tienes sobre el Camino del Cid?
Es un elemento de dinamización enorme pero también (y fundamentalmente) es un aglutinador de esfuerzos de todos los lugares por los que pasa. Tenemos un nexo, una seña de identidad común que, como te digo, nos aglutina. En esta época de marcas contamos con una marca histórica que es el Camino del Cid.

Y los vecinos de Molina ¿cómo perciben la ruta?
Si te he de ser sincero te confieso que nos sentimos un poco un poco abandonados ya que Molina no es un sitio por el que se pasa sino al que hay que ir, a diferencia de lo que ocurría en la Edad Media. Con lo cual lo que pretendemos es volver a resurgir, tener otra vez esa identidad de "casa de acogida".
¿Qué futuro le auguras a la actividad con la que os presentáis al Premio Álvar Fáñez?
Estamos muy ilusionados porque el proyecto tiene esa base de unión que te comentaba, queremos implicar a los lugares por los que pasa el Camino del Cid.

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