La Caballada de Atienza celebra el domingo su 850 aniversario

24-05-2012

Desde el año 1162, cada domingo de Pentecostés, la localidad guadalajareña de Atienza celebra La Caballada, una conmemoración declarada de Interés Turístico Nacional, que tiene su origen en el papel que se asegura jugaron los arrieros de Atienza en el salvamento del rey niño Alfonso VIII cuando la villa fue sitiada por su tío Fernando II de León. Era el año 1162, la reconquista avanzaba y retrocedía entre la competencia de unos reinos con otros, de unas familias nobles con otras. En este caso fueron las familias castellanas de Laras y Castros los protagonistas de la disputa por la tutela real. El próximo domingo por tanto los atencinos celebrarán los 850 años de la conmemoración. Los protagonistas de la fiesta son los miembros de la Cofradía de la Santísima Trinidad, una de las agrupaciones castellanas más antiguas documentadas.

La fiesta comienza a las diez de la mañana en casa del Prioste, aunque ya la tarde anterior los hermanos de la Cofradía van andando hasta la ermita de la Estrella vestidos con trajes castellanos de pana oscura, grandes capas pardas y sombreros de ala ancha, acompañados de una dulzaina y un tamboril. Al llegar las "tres mujeres" visten a la Virgen mientras los hermanos cortan el "mayo" en las inmediaciones de la ermita. Se trata de una gran rama frondosa que es adornada con roscas, naranjas, limones y frutos, que plantarán tras los actos religiosos del día siguiente. Finalizadas las labores preparatorias, los hermanos se reúnen para comer siete tortillas de vigilia, hechas con diferentes rellenos, que recuerdan las siete jornadas que emplearon los arrieros para trasladar al Rey niño hasta Segovia.

El día grande de La Caballada es el Domingo de Pentecostés. Hacia las 8 de la mañana, los hermanos acuden en caballerías vistosamente enjaezadas a casa del "prioste", y desde allí a la del abad, y todos juntos se encaminan en romería a la ermita de la Estrella. Una vez allí, bajan de sus caballerías y comienza la procesión, siendo muy curiosa la subasta de los banzos o brazos de las andas, cotizada en celemines de trigo. A continuación, la misa, y más tarde plantan el "mayo" en la explanada de la ermita, comenzando la subasta de roscos y frutos que de él penden, también en celemines. Terminada la subasta, se cortan las ramas del árbol y se reparten entre los asistentes. Finalmente se procede a efectuar el baile de la Virgen, especie de jota castellana, que llevan a cabo los hermanos, la cual se acompaña con sones de dulzaina y tamboril.

Así llega la hora de comer, dispersándose entonces todos los asistentes a excepción de los hermanos de la cofradía, que ante la Orden del Manda: "Señores hermanos, a comer", subirán al comedor de la ermita para tomar un menú obligado este día a base de cordero asado, un cogollo de lechuga y pasas. Terminada la comida, regresan a la villa montados a caballo, al igual que hicieron por la mañana, y por la tarde, en el pueblo, tienen lugar las carreras a caballo, por parejas, de los cofrades.

Fuentes: Turismo de Castilla-La Mancha y Ayuntamiento de Atienza

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