San Pedro de Cardeña acoge la exposición fotográfica itinerante del Camino del Cid

12-04-2012

El Monasterio de San Pedro de Cardeña, en Burgos, acoge hasta finales de mes la exposición fotográfica itinerante del Camino del Cid. Bajo el título "Miradas al Camino", la muestra pretende dar a conocer la diversidad y riqueza de paisajes y localidades que forman parte de la ruta y, a su vez, vertebrar aún más si cabe todas las poblaciones que integran este gran itinerario turístico cultural. De hecho, la exposición ya ha viajado por gran número de municipios de las ocho provincias del Camino del Cid, desde el pueblo más pequeño hasta otras localidades de mayor tamaño. Se trata, en definitiva, de hacer llegar a todos los municipios la belleza de los rincones que forman parte del recorrido cidiano.

La exposición recoge en 32 paneles un total de 72 fotografías que han obtenido desde 2004 hasta 2009 los distintos premios de los concursos fotográficos convocados por el Consorcio Camino del Cid. Hasta la fecha, ya ha recorrido cinco municipios de la provincia: Los Ausines, Quintanarraya, Vivar del Cid, Sotopalacios, Caleruega y también la propia capital burgalesa donde ha estado en dos ocasiones en el Real Monasterio de San Agustín.

Todas aquellas personas que estén interesadas en ver la exposición en el Monasterio de San Pedro de Cardeña lo podrán hacer de lunes a sábado de 10 a 13.30 y de 16.30 a 18.30 horas. Los domingos en horario de 12.15 a 13.30 y por la tarde de 16.30 a 18.30 horas. La muestra permanece en la Sala de Conferencias a la que se accede a través de la puerta de la Iglesia.

Un poco de historia

En San Pedro de Cardeña, según el Cantar, el Cid, antes de salir para el destierro, dejó al cuidado de su abad a Jimena y a sus hijas, doña Elvira y doña Sol (cuyos nombres reales fueron María y Cristina). Cuna de la leyenda cidiana, fue el lugar donde reposaron durante siglos los restos del Cid y de su esposa Jimena.
El monasterio fue fundado por los benedictinos en 899, constituyéndose en un importante centro cultural y espiritual, especialmente en los primeros momentos de la construcción de Castilla. Del monasterio románico, saqueado en el 953 por el ejército de Abderramán III, aún queda la vieja torre del siglo X-XI y su claustro románico, del siglo XII. Debido a estos avatares el monasterio carece de tesoros artísticos de gran valor, pero sin embargo sus muros son en realidad un documento vivo de su historia. Además, la fuerza del Cantar de mío Cid, poema en el que la historia y la ficción se entremezclan, ha sido tal que, sin duda, Cardeña puede considerarse el epicentro del mundo cidiano, lugar de historia y también de numerosas leyendas, como la de Babieca: a la salida, un monolito señala el lugar donde según la tradición fue enterrado el caballo del Cid. En 1949 el duque de Alba realizó allí una excavación arqueológica, sin resultado.

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