El Camino del Cid: una oportunidad de negocio

02-09-2011

Patricia Ansótegui

Hablamos con Carlos París, un empresario soriano que ha lanzado una línea de postres y dulces al albor del Camino del Cid. Bajo la marca comercial Dulces "El Beato" ha conseguido endulzar la ruta a base de esfuerzo, imaginación y muchos kilómetros recorridos

Lo tuyo con los dulces viene de familia?
Soy hijo y nieto de panaderos. La tradición del pan y los dulces la he vivido desde siempre. He nacido, prácticamente, encima de un horno y es algo que siempre me ha gustado. El pan tiene el inconveniente de que tienes que trabajar cuando los demás están de fiesta pero no deja de ser un oficio muy bonito

La producción en el Burgo de Osma, según tengo entendido, la inició tu padre?
Sí, él vino al Burgo ya que se enteró de que aquí vendían un horno. Había otras tres panaderías de las de "toda la vida" y, al final, decidieron unirse formando una especie de cooperativa. Yo he reunido documentos de aquella época y uno de los socios - la familia Balsa - tenía documentos del oficio que databan de 1832. La relación entre las cuatro familias era muy buena. De hecho, yo he querido rendir mi particular homenaje a ese momento y en alguno de nuestros productos ponemos que nuestra tradición se remonta a ese año. Mi padre fue el último que se jubiló.

Has heredado un negocio que, según confiesas, es duro
Yo he tenido, al mismo tiempo, tres de los peores negocios que se pueden tener: un hostal con restaurante y bar, una granja de engorde de pollos -y los animales no entienden ni de festivos ni de Navidades- y la panadería. Hace tres años mis niños pidieron a los Reyes Magos un deseo. Cuando mi mujer les preguntó qué habían pedido le dijeron que su deseo es que papá estuviera más tiempo en casa porque no le veían. Entonces cerramos los ojos, vendimos el hostal y la granja para dedicarnos exclusivamente a hacer dulces, pero dulces de calidad.

¿Y qué pasos seguís para ofrecer esa calidad en vuestros productos?
Lo principal es hacerlo como si fuera para ti. Es fundamental la materia prima. Nosotros no utilizamos ni un sólo aditivo, si quisiéramos que durasen más lo tendríamos muy fácil ya que el mercado te ofrece mil porquerías químicas. Sin embargo nosotros renunciamos a ello. Si ofrecemos una pasta de almendra cualquiera puede comprobar que la pasta lleva harina, mantequilla, azúcar, almendra y huevos, nada más. Además usamos mantequilla cien por cien de leche algo que ningún artesano - por una cuestión de precios - se atreve a poner. Nuestros dulces podrán gustar o no pero nuestra calidad se podrá igualar, nunca mejorar.

Mantequilla de la tierra, miel soriana? ¿siempre procuráis trabajar con proveedores de la zona?
Mi padre siempre decía "compra en casa y harás casa" y esa es nuestra filosofía.

¿Por qué decidisteis lanzar una línea de productos dedicada al Camino del Cid?
Nos encontramos en una zona que, desde el punto de vista geográfico, es muy importante para el Camino del Cid. San Esteban de Gormaz está al lado del Burgo de Osma y es uno de los pueblos principales nombrados en el Cantar. Durante los años que tuve el negocio de hostelería prácticamente todos los días teníamos gente que estaba recorriendo la ruta, sobre todo en bicicleta. Eso nos hizo ver el potencial tremendo que tenía y con mucho cariño decidimos hacer una línea de productos para el Camino del Cid con el objetivo de venderla en todos los puntos de la ruta.

Actualmente ¿cuántos establecimientos venden "tus" dulces?
Tenemos unos 350 puntos de venta, la mitad pertenecen al Camino del Cid. Uno de mis retos era estar al principio y al final de la ruta, en Vivar del Cid y en Orihuela, Alicante

¿Cómo acogen los establecimientos los productos?
Con sorpresa y agrado. Además, tenemos muy buena imagen. Nosotros no vamos con el catálogo a ofrecer lo que tenemos si no que damos a probar el producto. Nadie nos ha dicho que no le haya gustado.

Dedicarte a esta profesión te ha permitido conocer y recorrer el Camino del Cid?
He hecho más kilómetros en estos dos últimos años que en toda mi vida

Incluso más que el propio Cid?
Sí (risas) porque él fue una vez pero yo he ido y he vuelto unas cuantas veces más. Para mí es primordial el trato con los clientes. Cada quince días nos ponemos en contacto con ellos para ver si necesitan algo y cada dos meses me gusta hacer una visita personal.

Recuerdo en una ocasión en la que leí que si el Cid viviera hoy en día sería un gran empresario ¿qué opinas al respecto?
Coincido plenamente porque la filosofía del empresario es luchar por lo que cree, ir a más, intentar que, aquello en lo que cree, se haga más grande. Él no renunciaba a sus creencias, luchó por ello y lo logró. Creo que sería un número uno en esta época.

Hay quien opina que lo fue en la suya?
Sí, y eso sí que debió ser difícil

En estos meses que llevas recorriendo el Camino del Cid ¿qué te trasladan las personas con las que te vas encontrando en la ruta?
La gente echa en falta más señalización algo que también se suple con los carteles que hemos puesto nosotros publicitando los dulces que hacemos

¿Qué retos os planteáis a corto-medio plazo?
Hace unos días exportamos por primera vez fuera de España, concretamente a Inglaterra. Hemos detectado que a los alemanes les atrae mucho el mundo medieval por lo que nos gustaría saber o dar con alguien que nos orientara para poder mandar nuestros productos a Alemania. Cuando vienen aquí me consta que les gusta mucho todo lo que ofrecemos. Además, el consumidor alemán busca, ante todo, la calidad.

De tu carta de productos ¿qué es lo que mejor funciona?
Funciona todo pero quizás, lo que más, el chocolate. Según mis datos es el único alimento cuyo consumo, a pesar de la crisis, se ha disparado. Es adictivo, hay quien dice que tiene propiedades anticancerígenas, si no te gusta blanco te gusta negro, comiéndolo segregas endorfinas que es la hormona de la felicidad, es antidepresivo y siempre hay una excusa para comerlo. Nosotros tenemos 18 variedades y para el año que viene queremos doblar la cifra.

¿Ya estáis experimentando?
Sí, pero ahora no me atrevo a comentarte ninguna de ellas para no dar ideas a la competencia. Tenemos un banco de pruebas que es fiable al cien por cien. Se trata del colegio de mi hijo. Cuando sacamos un producto nuevo ellos lo valoran y lo puntúan. De momento las perspectivas son buenas.

De los diferentes tipos de chocolate que tenéis actualmente ¿cuál es el que más vendéis?
Los negros puros y el otro extremo, el chocolate blanco con yogur que tiene un sabor muy cremoso. También los más desconocidos: el chocolate negro con aceite de oliva y el negro con regaliz.

Serás goloso?
Terriblemente goloso

¿Qué suele desayunar una persona que vive, prácticamente, en un obrador?
Una tostada con mermelada de fresa y un café, eso sí, con dos azucarillos. Cuando hago la entrevista de trabajo a mis empleados - actualmente tenemos once - lo primero que les pregunto es si son golosos. Yo les digo, en plan de broma, que todos los días tienen que probar el producto para ver si hay algo que mejorar. En el mundo de la repostería hay que mejorar constantemente, es un mundo en evolución, un laboratorio en el que hay que mejorar día a día.

¿Qué te parece la innovación en los postres, en los dulces, cómo valoras la denominada cocina molecular aplicada a la repostería?
Lo que no tolero es aquellos que venden un producto como natural y, tras mirar los ingredientes, ves tres, cuatro o cinco ""Es", es decir, conservantes, saborizantes, etc. Hace poco estuve en Cantabria y vi productos que estaban etiquetados como "productos auténticos de Cantabria". Cogí un paquete para traerlo a casa y lo volví a dejar en la estantería porque en lugar de mantequilla, llevaba grasas vegetales, aceite de colza, de palma, coco? Alguien debería poner un límite a esto. Nuestros productos no son de los más baratos pero quien los quiera apreciar ahí están.

También intentáis ofrecer calidad en la imagen de vuestros productos?
Ahora mismo el producto estrella son las tetillas de monja. No estaba patentado y nosotros nos animamos a hacerlo. Ahora mismo nadie en España puede vender tetillas de monja. Sólo nosotros. Hemos hecho una caja muy graciosa, muy pícara que en ningún momento es ofensiva. Creo que ahí radica el éxito del producto, si además del envase, luego se come y gusta, el producto no se olvida.

Quedan muchos personajes relacionados con el Cid ¿te animarás a crear algún nuevo producto "cidiano"?
La imaginación no tiene límites y las iniciativas que tenemos son, por el momento, sólo iniciativas y, eso sí, secretas hasta que salgan.