Dos provincias del Camino del Cid pueden convertirse en Capital Europea de la Cultura en 2016

01-10-2010

Burgos y Zaragoza han pasado el corte para convertirse en capital cultural europea en 2016. No será hasta el año 2011 cuando se conozca la ciudad española que, finalmente, resulte elegida. La noticia -recibida con gran alegría en ambas provincias - supone un nuevo impulso para el Camino del Cid y pone de manifiesto la riqueza de todas y cada una de las provincias que integran la ruta. Tanto Burgos como Zaragoza están además muy ligadas a la figura del Cid, mientras que la primera tiene abundantes referencias cidianas, la segunda guarda una impotante vinculación histórica con el Campeador ya que éste ejerció gran parte de su vida profesional en el reino taifa de Zaragoza.

El Cid y Burgos
Un recorrido urbano por la ciudad de Burgos dirige al visitante por los hitos cidianos más importantes. Atravesando el Arco de San Martín y a los pies del castillo se alza El Solar del Cid, señalado con un sencillos monumento. La tradición enmarca en la iglesia de Santa Águeda la legendaria "jura de Santa Gadea", en la cual el Cid obligó a jurar al Rey Alfonso VI que no había tenido que ver en la muerte de su hermano, el rey Sancho, asesinado en el cerco de Zamora. Por la Puerta de Santa María abandonó el Cid la ciudad, cruzando el Arlanzón y acampando en la glera, no sin antes arrodillarse en la iglesia de Santa María, donde hoy se alza la Catedral gótica, Patrimonio de la Humanidad, en cuyo interior se hallan los restos de Rodrigo y su esposa Jimena. Recordando al Cid, sobre el puente de San Pablo, hay ocho estatuas de Lucarini que representan a los amigos y parientes del caballero; presidiendo el conjunto, se alza la estatua ecuestre del Cid, de Juan Cristóbal. También destacan los impresionantes murales de Vela Zanetti en el Palacio de la Diputación Provincial.

El Cid y Zaragoza
Rodrigo Díaz partió al exilio seguramente a principios de 1081. Como otros muchos caballeros que habían perdido antes que él la confianza de su rey, acudió a buscar un nuevo señor a cuyo servicio ponerse, junto con su mesnada. Al parecer, se dirigió primeramente a Barcelona donde gobernaban dos condes hermanos, Ramón Berenguer II y Berenguer Ramón II, pero no consideraron oportuno acogerlo en su corte. Ante esta negativa, el exiliado castellano optó por encaminarse a la taifa de Zaragoza y ponerse a las órdenes de su rey. Cuando Rodrigo llegó a Zaragoza, aún reinaba Almuqtadir. Cuando éste murió, el Campeador siguió al servicio de Almutamán, a quien ayudó a defender sus fronteras.